Violencia vicaria: Cuando la familia se convierte en cómplice
En el contexto de la violencia machista, se ha identificado un patrón en el que algunos hombres encuentran cómplices dentro de su propia familia para perpetuar la violencia contra sus exparejas. Este es el caso de Maribel, una mujer que sufrió agresiones físicas y mentales por parte de su ex suegra, quien la humillaba con apodos ofensivos, la golpeaba y llegó incluso a amenazar con quitarle a su hijo.
La historia de Maribel se remonta al año 2012 cuando conoció a Bernardo, iniciando una relación en Xalapa que los llevó a vivir juntos en Puebla tras enterarse del embarazo en 2014. Sin embargo, las cosas cambian drásticamente durante la gestación debido a las actitudes irresponsables de Bernardo, quien solía ausentarse y consumir alcohol. Estos problemas se intensificaron con los maltratos provenientes de su ex suegra, quien llegó al extremo de considerar al bebé como propiedad propia.
A pesar de las dificultades, Maribel logra escapar junto a su hijo en enero del 2017 y buscar refugio en un albergue para víctimas de violencia. A través del sistema legal obtiene la guarda y custodia del niño; sin embargo, Bernardo comienza a incumplir los acuerdos establecidos y le niega el contacto con su hijo.
La situación se complica aún más ante las trabas legales impuestas por el respaldo económico y familiar que posee Bernardo. Maribel lucha incansablemente por recuperar a su hijo bajo una perspectiva de género justa.
En medio del drama familiar protagonizado por un individuo problemático como Bernardo y sus cómplices familiares implicados en actos violentos vicarios hacia Maribel, esta valiente mujer continúa demandando justicia para poder reunirse nuevamente con su pequeño.