Vecinos de colonias en Puebla se unen para salvar jacarandas amenazadas por el heno motita
La plaga del heno motita pone en peligro la vida de las jacarandas en las colonias Jardines de San Manuel y Villa Carmel. Ante esta situación, los vecinos de Villa Carmel han comenzado a organizarse para salvar a los ejemplares que embellecen el paisaje con sus flores lilas cada temporada. Han solicitado apoyo al Ayuntamiento de Puebla para abordar este problema.
Según Miguel Ángel de la Garza, uno de los vecinos, desde 2020 notaron que varias jacarandas dejaron de florecer como solían hacerlo y parecían enfermas. Solicitaron ayuda al gobierno municipal, pero se les informó que los árboles no tenían remedio y debían ser talados.
Ante esta situación, decidieron investigar por su cuenta y descubrieron que las bolitas del heno estaban enfermando a los árboles. Aprendieron sobre la plaga y conocieron casos en otras ciudades donde se había combatido manualmente retirando el heno de las ramas.
Se organizaron para recaudar fondos y pagar a una persona para realizar estas tareas. Hasta ahora han intervenido seis jacarandas, pero han identificado otras 40 en la misma condición. Han solicitado en repetidas ocasiones a la Secretaría de Medio Ambiente del Ayuntamiento que intervenga, sin obtener una respuesta positiva hasta el momento.
Los vecinos cooperan entre sí para intervenir los árboles afectados por la plaga. Sin embargo, estas cooperaciones son insuficientes debido al costo por cada árbol (600 pesos) y porque el personal encargado no cuenta con suficiente equipo protector como lo haría el personal del Ayuntamiento.
En los últimos tres años, al menos 30 jacarandas han muerto a causa de esta plaga. Los vecinos temen que más árboles sigan en peligro debido a la falta de atención.
Luciano Pérez y Gabriel Hurtado, también vecinos de la zona, señalan que los residentes se encargan de cuidar las áreas verdes y algunos incluso riegan o podan los árboles. Sin embargo, siempre es necesaria la intervención de las autoridades debido a ramas cercanas a cables del alumbrado público.
El heno motita se expande con el viento y se alimenta del medio ambiente. Al utilizar las ramas como soporte, impide que los rayos solares lleguen a la planta y realice sus funciones vitales como la fotosíntesis o la transpiración. Esto eventualmente lleva a su muerte en un período de cinco o diez años.