Maltrato Infantil en Puebla: Un Ciclo que se Repite

El problema del maltrato infantil en Puebla persiste, ya que los adultos responsables no logran identificar la gravedad de esta situación. Esta falta de conciencia provoca que los agresores repitan patrones de violencia que posiblemente experimentaron durante su propia infancia, perpetuando así un ciclo nocivo para las generaciones futuras.

En conmemoración al Día Internacional de la lucha contra el Maltrato Infantil, expertos en neuropsicología y psicoterapia en Puebla señalan que la dificultad radica en detener estas conductas agresivas debido a la falta de acceso a servicios de salud mental, lo cual impide a muchos individuos reconocer y romper el ciclo de violencia en sus entornos. Esta problemática social refleja una carencia en materia de salud pública.

Valeria Segura, neuropsicóloga y activista por los derechos de niños y adolescentes en Puebla, destaca que diversas formas violentas consideradas como métodos educativos todavía se aceptan culturalmente. La alarmante realidad se manifiesta a través del elevado índice diario de menores víctimas mortales por violencia, evidenciando un grave problema dentro del estado.

El maltrato infantil ha sido normalizado por generaciones anteriores e impacta negativamente el pleno desarrollo físico y emocional de los menores. Es imperativo que las autoridades gubernamentales prioricen este tema para garantizar un futuro sano para las nuevas generaciones.

Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, desde 2015 se han registrado miles denuncias por lesiones contra menores, lo cual subraya la urgente necesidad de abordar esta problemática.

Si bien el maltrato infantil es considerado un problema social, su conexión con la salud pública resalta la importancia no solo brindar acompañamiento psicológico a quienes cometen estos actos violentos sino también mejorar el acceso a servicios médicos mentales asequibles para todos.

La negligencia hacia los menores es otra forma insidiosa de maltrato que deja secuelas tanto físicas como emocionales. Es fundamental sensibilizar sobre qué comportamientos pueden ser perjudiciales para los niños y asumir responsabilidades como padres o tutores conscientes.

En resumen, combatir el maltrato infantil requiere una participación activa tanto individual como colectiva. Reconocer la importancia vital del bienestar emocional y físico desde una temprana edad es fundamental para asegurar un futuro prometedor para las próximas generaciones.

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