Leyes Ácida y Monzón: Impacto y desafíos un año después en Puebla
El pasado 2 de marzo del 2023, el Congreso del estado de Puebla fue testigo de un momento histórico en medio de porras feministas y lágrimas, con la aprobación de la Ley Ácida y la Ley Monzón. La primera ley tenía como objetivo tipificar los ataques con ácido como tentativa de feminicidio, mientras que la segunda buscaba arrebatar la custodia de menores a hombres señalados por feminicidio.
A pesar de que han pasado un año desde que estas leyes entraron en vigor, las personas por las que fueron impulsadas, como Esmeralda Millán y la familia de Cecilia Monzón, no han sido beneficiadas debido a la falta de efecto retroactivo en ambas leyes. A pesar de esto, tanto las familias afectadas como activistas celebran la aprobación ya que creen firmemente en su capacidad para prevenir delitos similares en el futuro.
Sin embargo, aún existen sugerencias para mejorar estas leyes. En el caso específico de la Ley Monzón, aún no existe un padrón oficial de niños huérfanos por feminicidio, lo cual dificulta el seguimiento y apoyo necesario para estas víctimas. En cuanto a la Ley Ácida, se considera necesario incluir más apoyo médico y psicológico para las víctimas y capacitar adecuadamente a los servidores públicos encargados su aplicación.
Ambas leyes, conocidas mediáticamente como tales pero técnicamente son adiciones y adecuaciones a legislaciones previas sobre violencia contra mujeres. Hasta el momento ni la Fiscalía General del Estado ni el Poder Judicial han confirmado si se han abierto carpetas de investigación o emitido sentencias bajo estas leyes.
En resumen, aunque las leyes representan avances significativos en materia legal contra violencia hacia mujeres en Puebla; queda pendiente mejorar aspectos clave como capacitación para servidores públicos e implementar medidas adicionales para garantizar una protección integral a las víctimas afectadas.