La precariedad laboral y el encarecimiento dificultan el acceso a la vivienda para las nuevas generaciones.

El acceso a la vivienda se ha convertido en una tarea cada vez más difícil para la población debido a diversos factores, como la precariedad laboral y el encarecimiento del costo de vida. Según los especialistas, esta situación será aún más complicada para las nuevas generaciones.

La licenciada en Antropología Social y Maestra en Sociología, Anayuri Güemes Cruz, señala que el problema no solo tiene que ver con el poder adquisitivo de las personas, sino también con un modelo económico y político que ha estado vigente durante décadas. En el pasado, el Estado protegía a los trabajadores y les facilitaba mejorar sus condiciones de vida, incluyendo la posibilidad de adquirir una vivienda. Sin embargo, esto ya no ocurre debido a la transición hacia el neoliberalismo y la flexibilización laboral.

En relación al acceso a una vivienda digna en México, se revela que actualmente el 57.1% de las viviendas particulares habitadas son propias pagadas; un 16.4% son rentadas; un 14.2% son prestadas por familiares o amigos; un 10.7% son propias pero siguen pagándose; y solo un 1.7% está en otra situación.

En Puebla específicamente, se encuentra en el séptimo lugar nacional con respecto al porcentaje de viviendas particulares habitadas rentadas (60%), siendo la falta de acceso a créditos o recursos económicos uno de los principales motivos.

Además del alto costo de adquirir una vivienda propia a través del sistema financiero actualmente encarecido también es complicado para quienes optan por construir gradualmente su hogar debido al crecimiento sostenido del costo de los materiales de construcción. Según el Centro de Estudios del Sector de la Construcción, en marzo de este año se registró un aumento del 7.5% en comparación con el mismo mes del año anterior.

La especialista Güemes destaca que las nuevas generaciones no parecen estar preocupadas por el deterioro de las condiciones laborales, lo que permite al sector privado avanzar y dificultar aún más el acceso a la vivienda. Además, el crecimiento demográfico también genera complicaciones, ya que la demanda por espacios habitables y recursos básicos aumenta.

En conclusión, el acceso a una vivienda digna se ha vuelto cada vez más difícil para la población mexicana debido a factores como la precariedad laboral y los altos costos tanto en adquisición como en construcción. La falta de políticas gubernamentales eficientes para proteger los derechos laborales y asegurar condiciones adecuadas para todos los trabajadores ha contribuido a esta problemática.

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