La fe y el amor se unen en la fiesta del Santo Niño para pedir milagros de sanación y protección
Cientos de poblanos se congregaron en el templo dedicado al Santo Niño, ubicado en el centro histórico de Puebla, para celebrar su festividad anual y pedir milagros. Una pareja de adultos mayores rezaba en voz baja, tomados de la mano, solicitando con fervor que su hija venciera el cáncer. Esta escena representa la fe que mueve montañas y el poder del amor.
La celebración inició a las 8:30 horas del 10 de agosto con cantos de las mañanitas y ofrendas florales y juguetes al Santo Niño. Las familias se acercaron para agradecerle por los milagros cumplidos anteriormente y pedir ayuda para sanar enfermedades o mejorar su situación económica. Algunos compartieron sus historias como la familia Hernández, cuya hija fue diagnosticada recientemente con cáncer y esperan un milagro.
Durante la mañana, Ernesto Martínez, rector del templo, recibió a las personas y les contó la historia del santo. En los alrededores se encontraban vendedores ofreciendo comida típica poblana y artículos religiosos.
La figura del Santo Niño Cieguito tiene una historia legendaria que relata su origen en el convento de Nuestra Señora de la Merced en Morelia. Un hombre lo robó en 1744 llevándolo al cerro Punjuato donde le quitó las gemas incrustadas en sus ojos causando que brotaran lágrimas de sangre. Posteriormente fue encontrado enterrado por un indígena quien lo devolvió al convento donde fue restaurado excepto por las cuencas sangrantes.
La figura fue trasladada al Convento de las Capuchinas en Puebla donde recibió el nombre de Santo Niño Cieguito y se le revistió con símbolos de la Pasión de Cristo. Otro incidente ocurrió en 1944 cuando los ojos brillantes del Niño Dios fueron motivo de un intento de robo que terminó con la muerte de un fraile. La imagen desapareció pero meses después fue encontrada en el convento por la hermana del fraile, llorando lágrimas de sangre pero sin ojos.
Estas historias demuestran la devoción y esperanza depositada en el Santo Niño, un ícono religioso venerado por cientos de creyentes cada año durante su festividad.