La colombofilia en Puebla: una tradición centenaria que desafía la tecnología
En Puebla, decenas de palomas mensajeras continúan siendo entrenadas para volar largas distancias, desde la capital del estado hacia municipios como Atlixco y Tehuacán. Incluso algunas de estas aves recorren más de 800 kilómetros hasta lugares como Durango. La colombofilia, un arte antiguo de criar palomas de carreras, persiste a pesar de los avances tecnológicos en comunicación.
Benjamín Hidalgo Rojas, presidente de la Unión Colombófila de Puebla y Tlaxcala a sus 75 años, comparte que las palomas ya no se utilizan para enviar recados como en el pasado debido a las tecnologías modernas. En su domicilio resguarda a 170 palomas listas para competir junto con su familia.
La colombofilia ha ganado popularidad desde principios del siglo XIX y México es el país con más aficionados a esta actividad en América. Las competencias anuales involucran distintas categorías donde se entrena a las palomas para volar distancias entre 300 y mil 100 kilómetros. Benjamín aspira participar en carreras globales como el Gran Vuelo de Barcelona.
Aunque en otros países las competencias ofrecen premios económicos importantes, en México se acostumbra otorgar trofeos y reconocimientos. Benjamín destaca la importancia del control sanitario y físico de las aves durante los eventos nacionales.
El entrenamiento y cuidado continuo que requiere la colombofilia puede resultar costoso; Benjamín llega a gastar hasta 2 mil 500 pesos al mes por cada una de sus palomas. Además del costo financiero, esta actividad implica una selección genética rigurosa para asegurar la calidad de los ejemplares.
A pesar de los desafíos geográficos que presenta Puebla para el entrenamiento, debido al terreno montañoso y volcanes cercanos que complican los vuelos largos, Benjamín confía en el futuro continuo e interés creciente por esta tradición ancestral tanto entre jóvenes como aficionados experimentados.