Historias de hombres buscadores: Emociones ocultas en la búsqueda de desaparecidos en Puebla
La fuerza de las mujeres en las marchas y actividades de búsqueda de personas desaparecidas ha sido evidente, pero cada vez más hombres se suman a estas labores. Muchos de ellos son padres, hermanos e hijos que deben mantenerse fuertes emocionalmente para ser el sostén de sus familias y también tienen que lidiar con las limitaciones laborales que implica dedicarse a la búsqueda.
En Puebla, se estima que hay al menos 2 mil 717 personas desaparecidas y no localizadas según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), aunque los colectivos consideran que esta cifra no refleja la realidad debido a casos no registrados oficialmente.
En este contexto, se presentarán cuatro historias destacadas de hombres implicados en la búsqueda. Uno de ellos es Rodolfo Larios, hermano de Guadalupe Larios, desaparecida desde 2018. Rodolfo ha tenido que asumir el papel como jefe familiar y buscador incansable tras encontrar obstáculos con autoridades insensibles durante su proceso.
Javier Israel Morales es otro padre buscador cuya hija Nadia Guadalupe desapareció en octubre del 2017. Javier destaca cómo los hombres también sufren emocionalmente pero muchas veces deben mantener una apariencia fuerte debido a su rol proveedor del hogar.
Neyzer Reyes representa el caso impactante donde un niño tuvo que madurar rápidamente al buscar a su hermano Edwin Ariel Reyes Tlalolini desde los 13 años cuando ocurrió la desaparición. Neyzer ahora forma parte activa del Colectivo Voz de los Desaparecidos y participa en diferentes actividades de búsqueda.
Estos hombres demuestran que la responsabilidad y el dolor por la desaparición de sus seres queridos no es exclusiva de las mujeres, sino una carga compartida. Aunque enfrenten dificultades emocionales y laborales, ellos siguen luchando por encontrar respuestas y justicia para sus seres queridos.