Exigen justicia para Tomás Pérez Francisco, defensor de la tierra desaparecido en Pantepec

"Tamakawaman", el defensor de la tierra que desapareció en Pantepec hace 33 años

Tomás Pérez Francisco, conocido como "Tamakawaman" en totonaco, era un valiente defensor de la tierra en el municipio indígena de Pantepec. Sin embargo, en mayo de 1990 desapareció sin dejar rastro. A lo largo de todos estos años, su hijo Guadalupe Pérez Rodríguez ha encontrado apoyo en personas y colectivos que hacen honor a la palabra "tamakawaman" y los han ayudado a exigir justicia y visibilizar la impunidad. Pero también han enfrentado adversidades.

La Fiscalía General del Estado de Puebla (FGE), las Comisiones de Derechos Humanos y el Instituto Poblano de los Pueblos Indígenas son algunas instituciones que no brindaron su apoyo a esta familia indígena. Por el contrario, revictimizaron e incluso fueron víctimas del racismo.

Ante esta situación, tras 33 años sin justicia, la comunidad de Pantepec y el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (IDHIE) perteneciente a la Universidad Iberoamericana Campus Puebla, exigieron verdad y justicia a las autoridades. El movimiento campesino y la Coordinadora Regional de Acción Solidaria en Defensa del Territorio (CORASON) solicitaron un seguimiento coordinado por parte del gobierno que cumpla con los estándares más altos en derechos humanos.

¿Qué fue lo que ocurrió?

Tomás luchaba por las tierras de La Sabana, una comunidad en Pantepec que buscaba ejercer su derecho a existir, ya que estas tierras eran disputadas por caciques de la asociación ganadera local. En un hecho lamentable, en 1989 la comunidad fue incendiada cuando la policía judicial del estado y las guardias blancas (brazo armado de los ganaderos) ingresaron al lugar. Los pobladores se vieron obligados a huir para salvar sus vidas, mientras que los indígenas se organizaron para proteger su hogar.

La última irrupción ocurrió a principios de 1990, cuando alrededor de 50 personas fueron detenidas y transportadas en camiones de redilas, utilizados habitualmente para el transporte de ganado. La última vez que Tomás Pérez fue visto con vida fue el 1 de mayo de ese mismo año, cuando un grupo armado lo interceptó en su camino hacia comunidades vecinas.

Desde aquel momento, sus familiares han exigido una respuesta activa por parte de las autoridades y han denunciado revictimización, señalando grandes omisiones en el proceso de búsqueda e investigación.

El Estado tiene una deuda histórica con Pantepec y la familia Pérez: IDHIE

Guadalupe Pérez ha recibido acompañamiento integral por parte del IDHIE y otros colectivos desde hace varios años. Sin embargo, este apoyo se intensificó en junio pasado cuando se determinó que la Comisión Estatal Search and Rescue (Comisión Estatal Search and Rescue) y la Fiscalía tienen la obligación legal de buscar al defensor desaparecido. A pesar del compromiso inicial mostrado por estas instituciones encargadas del caso, constantemente interrumpen las investigaciones aduciendo pérdida del expediente y otros pretexto sin fundamentos sólidos.

En este sentido, el Instituto de Derechos Humanos envió un documento a las autoridades poblanas en el que se exigen verdad y justicia para Tomás, destacando los procesos deficientes y las múltiples violencias que han ocurrido en el caso. Roberto Rosete Guzmán, responsable de Orientación Jurídica y Psicosocial del Instituto, instó a las autoridades a convertir sus palabras y promesas en acciones tangibles, reales y efectivas. También hizo hincapié en la importancia de considerar el contexto de la desaparición de Tomás Pérez y los factores socioculturales que rodean este caso.

La poeta y activista Irma Pineda afirmó que esta desaparición representa una clara muestra del borrado histórico al que se someten las comunidades indígenas en México. Por lo tanto, es necesario incorporar la perspectiva de los pueblos originarios en las investigaciones sobre casos de desaparición.

Rubén Ortiz, consultor independiente, analizó el caso desde una perspectiva histórica e identificó la desaparición como parte de un largo proceso contrainsurgente que persiste desde 1950. Explicó cómo todo este caso gira entorno a una persona que exigía tierra como parte de una lucha centenaria por sus derechos agrarios. Añadiendo además cómo transcurre incluso un año antes de la reforma agraria llevada acabo por lo cual jamás recibieron lo demandado. "Fue un intento por silenciar su lucha", manifestó.

Para concluir con estas reflexiones sobre Justicia para Tomás Pérez Francisco; Mauricio González, integrante de CORASON, afirmó que se debe investigar este caso con un enfoque intercultural que tome en cuenta la lucha indígena frente al despojo y sea sensible hacia la comunidad. Mientras no haya una resolución definitiva en este caso, Pantepec seguirá resistiendo.

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