El papel fundamental de las parteras en la maternidad y su lucha por el reconocimiento
Las parteras, un papel crucial en la vida de las mujeres embarazadas en la Sierra Nororiental
A pesar de los esfuerzos realizados para acercar los servicios de salud a la población, incluyendo clínicas, hospitales y personal médico especializado en maternidad, son las matronas o parteras quienes desempeñan un papel fundamental en la vida de las mujeres embarazadas. Especialmente para aquellas que viven en zonas remotas y no tienen acceso fácil a otros servicios.
En la Sierra Nororiental, más de 200 mujeres se dedican a supervisar, cuidar e informar durante el embarazo, parto y puerperio. Además de asistir partos y brindar atención al recién nacido. A pesar de estar certificadas para ejercer su labor, estas parteras suelen ser relegadas e incluso no pueden expedir certificados de nacimiento.
Rosa Guadalupe Martínez Hernández, quien ha ejercido como partera durante 37 años en Hueyapan, cuenta que heredó sus conocimientos de su madre. A lo largo del tiempo ha recibido formación por parte de los Servicios de Salud del estado para mejorar sus habilidades y asegurar embarazos exitosos. Sin embargo, cada vez son menos las mujeres que buscan asesoría durante el embarazo. Muchas prefieren acudir a centros médicos para obtener el certificado de alumbramiento debido a la lejanía del hospital. Aún así algunas confían en dar a luz bajo la asistencia personalizada que ofrecen estas parteras.
Justina Guzmán Máximo también es una partera que vive en Atempan. Ella menciona que una de las principales barreras a las que se enfrentan es la discriminación por parte del personal médico en clínicas, quienes evitan atender o revisar a las embarazadas de forma tradicional. Durante la pandemia, esta situación se intensificó y los médicos instruían a las pacientes a acudir solo al hospital. Esto ha hecho que muchas embarazadas teman recibir atención tradicional y prefieran ir directamente a casas de salud o clínicas para recibir atención médica estándar.
María Rufina Fermín Diego, también originaria de Atempan, cuenta que empezó asistiendo un parto como medicina tradicional y luego decidió prepararse para ayudar a otras mujeres. Sin embargo, al no tener ningún documento o amparo legal para ejercer su labor, optó por colaborar con otras parteras brindando conocimientos sobre medicina tradicional.
Estas parteras coinciden en que, aunque algunas están certificadas por la Secretaría de Salud del estado, no reciben ninguna remuneración económica por su trabajo en los centros médicos. Por lo tanto, prefieren brindar atención desde sus hogares y solo reciben recursos económicos otorgados por quienes solicitan sus servicios.
En resumen, el papel vital desempeñado por las parteras en la Sierra Nororiental muestra cómo persiste una demanda de cuidado prenatal y asistencia durante el parto ofrecida de manera personalizada. A pesar del avance hacia servicios más estandarizados en los centros médicos modernos, estas parteras siguen siendo indispensables para muchas mujeres que encuentran mayor confianza y cercanía en su experiencia única.