Abandono y deterioro en barrios originarios de Puebla: Un llamado a la acción para su rescate

La celebración del aniversario número 493 de la ciudad de Puebla es opacada por el paulatino abandono de los barrios originarios que fueron pilares en su desarrollo. Casonas y vecindades en lugares emblemáticos como La Luz y El Alto muestran signos evidentes de deterioro, escasez de servicios básicos y aumento de la delincuencia, lo cual ha provocado una migración de habitantes hacia otras zonas.

Los intentos por preservar estas antiguas edificaciones se ven obstaculizados por la burocracia, ya que cualquier cambio debe contar con la aprobación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Esto ha llevado a muchos propietarios a desentenderse de sus inmuebles y transferir todas las responsabilidades a los inquilinos.

En este contexto, los residentes más antiguos de estos barrios históricos sienten un profundo abandono en medio del floreciente progreso moderno que embellece otros sectores de la ciudad. A pesar de ser parte fundamental del legado cultural poblano, enfrentan numerosas problemáticas sin recibir el apoyo necesario.

La falta de inversión y las trabas burocráticas ponen en riesgo no solo el bienestar actual de los habitantes, sino también el legado arquitectónico y cultural que representan estos barrios. Es imperativo que autoridades y sociedad reconozcan su importancia e impulsen esfuerzos conjuntos para garantizar un futuro digno para estas comunidades.

La presencia creciente del crimen en zonas como El Alto agudiza aún más esta situación, alejando inversiones y oportunidades para revitalizar estos espacios. Algunos vecinos buscan alternativas creativas como impulsar actividades artísticas para revivir el orgullo comunitario. Sin embargo, urgen medidas concretas por parte tanto del gobierno como INAH para evitar que estos lugares sigan siendo relegados al olvido.

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